Hace algunos años, la mayoría de las personas solo se preocupaban por temas relacionados con el bienestar material: estudio, casa, trabajo, dinero, entre otros, dejando de lado y olvidando el bienestar propio, es decir, la relación entre mente cuerpo y alma, esos pilares que son los cimientos para garantizar que la relación con uno mismo sea sana, estable y perdurable en el tiempo.
Es importante trabajar constantemente en cada uno de esos pilares. No quiere decir que para todos los seres humanos exista una única e infalible forma de ejercitarlos, porque no es así. Partamos del hecho de que todos somos individuos completamente diferentes.
Los gustos, preferencias y prioridades, pueden cambiar, por tanto es trabajo de cada persona realizar una introspección para identificar fortalezas, aspectos a mejorar y así emprender cambios que garanticen que, no solo estamos teniendo una relación adecuada con nosotros mismos (es la relación más importante que hay que mantener), sino también que hay un nexo inquebrantable con todos los demás seres y elementos que nos rodean cotidianamente..
¿Cuáles son las formas que existen para trabajar esos pilares? Las respuestas son infinitas porque todo parte de qué es mejor para cada individuo. Pero aquí hay algunas ideas.
Lo importante es crear espacios donde las energías positivas converjan. Es claro que en conjunto con una alimentación adecuada y balanceada, lograremos generar el máximo bienestar posible.
Cabe recalcar algo muy importante y es la conciencia que se ha ido despertando en los últimos años acerca del cuidado del cuerpo, de la alimentación y de la actividad, “Dime qué comes y te diré quién eres”. Alimentarse (de manera adecuada es primordial para cuidar y cultivar ese templo que solo te pertenece y del cual eres responsable.
Todo lo que lleves a tu boca, te construye o te destruye y depende de ti hacerlo de forma responsable. Siempre tengamos presente que nuestra vida en armonía parte de nuestro propio bienestar. Cuando comprendemos cada aspecto, la relación con nuestro entorno se basará en el respeto, la comprensión y el amor: hacia el prójimo, hacia nosotros mismos y hacia todo lo que nos rodea.