Por sus beneficios físicos, mentales y espirituales, cada vez son más las personas que se sienten atraídas por el Yoga. Si en este momento estás pensando en iniciar tu proceso en esta práctica milenaria, esta guía te será de mucha utilidad.
Para empezar recuerda que “yoga” significa unión. Es la unión del alma con el universo; es la unión de nuestro cuerpo, mente y espíritu. Por lo que cada estilo, por diferente que sea, busca la integración del ser.
Tradicionalmente se dice que hay 4 sendas por las que podemos transitar este camino: a través de la mente (Raja Yoga), de la inteligencia (Jnana Yoga), del deber (Karma Yoga) y de la voluntad (Hatha Yoga). Esta última es la que ha tomado más fuerza, contando con muchos estilos (ej: Hatha Yoga, Vinyasa Yoga, Ashtanga Yoga, Power Yoga, Bikram Yoga, etc…).
Entre tantas opciones, muchas veces no sabemos cuál es la mejor. Para identificarlo es necesario escuchar nuestro corazón y cuerpo. Ten en cuenta que hay algunas clases con mayor intensidad física, por lo que si tienes alguna lesión o condición médica, puedes iniciar con practicas más suaves como lo son el yoga integral, terapéutico o restaurativo.
Si lo que buscas es mover tu cuerpo de forma dinámica, puedes inclinarte por opciones como el Porwer Yoga, Ashtanga o Vinyasa. Todo depende de ti y de lo que creas más conveniente.
1. La práctica es tuya, así que no te esfuerces más de la cuenta. Escucha tu cuerpo e identifica tus límites, así evitarás una lesión.
2. Muchas personas creen que si no son flexibles no pueden hacer yoga… ¡mentira! La flexibilidad se va ganando clase a clase, además, siempre existe la opción de modificar las posturas a lo que necesita tu cuerpo.
3. ¡No te compares! Cierra tus ojos y entrégate a lo que estás haciendo.
4. Recuerda que el fin no es hacer las posturas más avanzadas. Tómate el tiempo para tener consciencia de tu respiración y de tu proceso. Es maravilloso cuando logras que cada movimiento se convierta en una meditación.
5. Respira de forma profunda. En yoga respiramos por la nariz, inhalando de tal forma que nuestro abdomen se extienda y exhalando, contrayendo el abdomen.
Con el tiempo vas a ir ampliando más tu respiración hasta lograr la respiración completa que va desde la base de tu abdomen hacia tus clavículas.
6. Silencio: cuando llegues a tu primera clase de Yoga verás que nadie habla, esto con el fin de entrar en un estado de meditación. Si tienes preguntas llega más temprano para hablar con el profesor.
7. Habla con el profesor, es importante que le cuentes si tienes alguna lesión o enfermedad para que él pueda estar pendiente de ti.
8. ¡Paciencia!, la primera clase puede ser difícil y algo extraña, pero con el tiempo tu cuerpo, mente y corazón, van entrenando en sintonía. No te rindas en el primer intento, regresa y sigue intentándolo para obtener todos los beneficios.
9. Llega puntual, por respeto a ti y a los otros. Igualmente quédate hasta el final. Savasana (relajación) es la postura más importante de tu práctica, no la suprimas.
10. Dale igual importante a las posturas (Asanas), a la respiración (Pranayama) y a la meditación (Dhyana). Todas las partes de la práctica son igual de importantes y se complementan entre sí.
11. Finalmente, lleva todo lo que aprendas en el tapete (mat) a tu vida diaria. Es ahí donde todo cobra sentido.